MARI TRINI (VIVIOGRAFÍA)

 

Mari Trini, nacida en Caravaca de la Cruz (Murcia), formó parte de una generación de mujeres que, en los años sesenta, fueron capaces de crear una nueva canción de calidad en España. Ella, con su voz desgarrada y profunda y con su permanente espíritu de lucha y superación personal, fue capaz de reivindicar en sus canciones una imagen libre, seria y madura de la mujer dentro de la sociedad y, en particular, en lo referente a la experiencia del amor; experiencia inconcebible para ella al margen de la libertad y de la igualdad, y que, contrariamente a los falso y edulcorados romanticismos planteados en muchas canciones de la época, siempre se entreteje  de luces y sombras, y de permanentes y cotidianas situaciones de encuentro y de ruptura.

Siendo muy joven, y tras una infancia y una adolescencia nada fáciles a consecuencia de una larga enfermedad, Mari Trini, a los catorce años, se traslado a vivir, primero a Londres, y, después a París, donde se sintió atrapada por la canción francesa: Jacques Brel, Leó Ferré o Edith Piaf..., canción que desde entonces se convirtió para ella en un referente del que nunca pudo, ni quiso desprenderse. De hecho a lo largo de su carrera artística, nos ofreció versiones extraordinarias e insuperables de canciones francesas como "No me quitte pas", de Brel, que, aparte del propio Brel, nadie ha interpretado como ella.

Concretamente, en París –1965– grabó sus primeras canciones en francés contando con la colaboración de grandes compositores como Franck Gerald o Pierre Delanoë, canciones que se publicaron en varios singles editados por la discográfica La Voix De Son Maître.

A los diecisiete años, decidida a dedicarse a la canción y con sus primeros temas ya compuestos, volvió a España y entró en contacto con la discográfica RCA que le propuso grabar unas canciones de Aute, de Patxi Andión –que todavía no había editado ningún disco–, de Juan Carlos Calderón y de Carlos Montero. 

«Lo hice con mucho cariño –comentaba Mari Trini–. Cuando salieron esos primeros sencillos yo tenía ya compuesto el álbun entero de "Amores" –su primer LP–. Pero el director de la casa de discos decía que una mujer no era capaz de componer canciones, así que no prestó atención a mis temas. ¡Imagínate! Parece que estamos hablando de la Edad Media y fue a mediado de los sesenta. Lo cuentas ahora y nadie te cree.»

Mari Trini con su guitarra en 1967.

Mari Trini con la calidad de su voz y de su forma de cantar, poco a poco. a través aquellos primeros singles, dándose a conocer hasta que en 1970 Rafael Trabucchelli y Waldo de los Ríos, que trabajaban de directores artísticos de Hispavox, le propusieron grabar un primer LP, con sus propias canciones.

Y así nació, en 1971, el disco "Amores".

Un disco de indiscutible calidad musical y poética al que le siguió "Escúchame" (1971) que supuso su consagración artística, y en el que grabó su canción "Yo no soy esa", versión en castellano de la canción "Ce n'est pas moi" que ya había grabado, interpretada en francés, en su segundo single publicado en 1965.

Esta canción, estuvo durante un tiempo prohibida por la censura por considerarla "demasiado ambigua", razonamiento absurdo e incomprensible que lo único que demuestra es el grado de machismo y de represión que tuvimos que vivir en España durante la dictadura franquista.

«Yo no soy que tú te imaginas / una señorita tranquila y sencilla / que un día abandonas y siempre perdonas / esa niña sí, no, esa no soy yo. // Yo no soy esa que tú te creías / la paloma blanca que te baila el agua, / que ríe por nada, diciendo sí a todo, / esa niña sí, no, esa no soy yo. [...].»

A partir de aquel momento, y manteniendo una absoluta coherencia con sus planteamientos musicales y poéticos, Mari Trini, como puede comprobarse en su discografía, entre 1973 y 1987, no cesó de grabar prácticamente un disco (LP) por año con la discográfica Hispavox.

Posteriormente en 1987, tras más de dieciocho años grabando en Hispavox, se le rescindió el contrato al considerar que había empezado a perder popularidad –es decir que sus ventas empezaban a decrecer, o sea, no eran tan millonarias como al principio. Ante este hecho, que por supuesto nada tiene que ver con la calidad y con la cultura, Mari Trini tomó fuerzas y decidió claramente empezar de nuevo.

Por supuesto, incansable y luchadora, no dejó de componer y publicó cuatro discos nuevos: "Espejismos" (1990), "Sin barreras" (Divucsa, 1995), "Alas de cristal" (Divucsa, 1996) y "Mari Trini y Los Panchos" (Ventura Music, 2001). 

Posteriormente, como consecuencia de una grave enfermedad de riñón, se vio obligada a retirarse del mundo de la música y reapareció en el año 2005 con la edición de un doble CD recopilatorio de todas sus canciones: "Una estrella en mi jardín", editado por EMI; acontecimiento que la Sociedad General de Autores aprovechó para rendirle un homenaje y para hacerle entrega de un simbólico "Disco de multidiamante" por haber vendido más de diez millones de discos a lo largo de su carrera.

El 8 de marzo de 2008, con motivo del Día de la Mujer, recibió el premio "Lucha por la Igualdad" concedido por la Comunidad Autónoma de Murcia, donde había nacido, «por retratar a través de sus melodías las carencias, problemas y desigualdades de la mujer».

Lamentablemente Mari Trini falleció el 6 de abrir de 2009.