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jueves, 24 de noviembre de 2022

JOSÉ ANTONIO LABORDETA (VIVIOGRAFÍA)

 


JOSÉ ANTONIO LABORDETA nació en Zaragoza el 10 de marzo de 1935 en un “caserón” de la calle Buen Pastor, donde su familia regentaba el prestigioso colegio Santo Tomás de Aquino; colegio en el que realizó gran parte de sus estudios primarios y el bachillerato.

Finalizado el bachillerato, José Antonio se matriculó en la Facultad de Derecho y, posteriormente, se cambió a la de Filosofía y Letras, donde obtuvo la licenciatura en 1960.

Durante aquellos años universitarios, empezó a escribir sus primeros poemas, participó activamente en las famosas tertulias del café Nike –que había impulsado su hermano Miguel–, fundó y dirigió la revista Orejudín –de la que se editaron seis números entre 1958 y 1960– y publicó su primer libro, titulado Sucede el pensamiento (Ed. Orejudín, Zaragoza, 1959).

Finalizados sus estudios, Labordeta vivió dos años en Aix-en-Provence, Francia, trabajando en la Universidad.


De regreso a Zaragoza, decidió hacer oposiciones para agregado de Instituto de Enseñanza Media en las áreas de Historia y de Latín, y, tras aprobarlas, eligió como primer destino Teruel, a donde se desplazó, en octubre de 1963, para iniciar su carrera como docente.

Un mes antes había contraído matrimonio con Juana, compañera a la que después dedicó varias canciones; entre ellas, "Porque avanzamos juntos", hermosa canción en la que también menciona a sus tres hijas: Ana, Ángela y Paula.

De su estancia en Teruel, José Antonio nos dejó una hermosa crónica en la que entre otras cosas escribía:

“Y de golpe, delante de ti, Teruel. Sus sierras, sus caminos, se yerguen ante ti, te asedian, te embisten, te cobijan, una mezcla de amor y odio se enfrenta, hasta que una tarde cualquiera uno queda asombrado por el color de sus tierras, sus otoños, sus piedras, sus gentes, sus verdaderas gentes: esa pareja que a primeras horas desciende El Campillo con su carga de piñas; o esa masovera que, en mitad del pinar, recuerda a sus hijos casados, allá en ‘las barcelonas’; o esos labradores que duramente sobreviven; o los mineros, o los pastores, o ese tipo jovial que, a escondidas, te enseña los proyectos de un nuevo Sindicato y tantos y tantos otros que así, sencillamente, te ofrecen su amistad, su casa, su paisaje, que al fin te das cuenta de que te sientes unido con la luz cegadora que embisten esas torres mudéjares perdidas en el cielo […]. Pasan los años y los amigos crecen por el paisaje serrano, o por la hermosa vega del Turia –humilde como toda la tierra turolense–, y cuando un día hay que recoger la casa, levantar los bártulos y regresar al solar donde uno se fue haciendo hombre a costa de los muertos, aquellas tierras, aquellos tipos y paisajes te rondan el recuerdo un día y otro día hasta que una tarde decides otra vez ir a su encuentro, reviviendo con ellos las pasadas horas”. (Texto publicado en la revista Andalán citado en José Carlos MainerLabordeta, Ediciones Júcar, Gijón, 1977, p. 62.).

En este contexto descrito por Labordeta, es decir, en aquellas tierras humildes y entre aquellas gentes sencillas de Teruel, surgió, a mediados de la década de 1960, todo un movimiento cultural que sería el germen de futuras iniciativas, como la creación de la revista Andalán o el nacimiento de la nueva canción aragonesa.

El arranque de aquel movimiento cultural se produjo en torno al colegio menor San Pablo, inaugurado en 1966, y al instituto Ibáñez Martín; dos oasis de creatividad y de aprendizaje y ejercicio de la libertad, en los que se encontraron y entablaron amistad jóvenes –profesores y alumnos– decididos a romper con la monotonía y con la represión que en aquellos tiempos se les pretendía imponer.

Entre ellos estaban José Antonio Labordeta –que, además de profesor y jefe de estudios del instituto, fue director del cuadro de teatro del colegio, con el que llegó, en 1967, a la final del Certamen Nacional de Teatro Juvenil, con la obra La zapatera prodigiosa, de Lorca.

Durante su estancia en Teruel (1963-1970), Labordeta, escribió también un libro de poemas titulado "Las sonatas" (Colección Poemas, Zaragoza, 1965), participó en el rodaje de la película "Monegros"(1969), dirigida por Antonio Artero –amigo entrañable que lamentablemente falleció, en Madrid, en 2004–, e inició su actividad como cantautor en compañía de Joaquín Carbonell y Cesáreo Hernández. Concretamente en 1968 grabó para la empresa discográfica Edumsa un disco con cuatro canciones –"Andros II"–, que fue secuestrado por orden gubernativa.

Tras los seis años vividos en Teruel, en 1970, José Antonio regresó a Zaragoza como profesor de instituto del barrio de la Paz.

Fue por aquel entonces cuando escribió un libro fundamental titulado "Cantar y callar" (Ed. Javalambre, Zaragoza, 1971); libro en le que sentó las bases por las que discurriría en el futuro el contenido poético y, en consecuencia, la temática de sus canciones; contenido y temática que siempre han girado en torno a seis bloques temáticos:

• La evocación de situaciones y experiencias relacionadas con la posguerra y con su niñez y adolescencia.

• La descripción apasionada y crítica del paisaje de Aragón: “Vengo a gritar la tierra y a contar historias del paisaje”.

• Su aproximación sensible y solidaria a las realidades humanas, en general, y a las del pueblo aragonés, en particular. Realidades que navegan entre el dolor y la esperanza.

• La proclamación contestataria y reivindicativa de la “libertad” como el fundamento de la vida y de la convivencia.

• La exaltación de los valores del amor y de la solidaridad. “El amor es el silencio, la palabra guardada en el pecho…”“Por el alba del camino a tu hermano encontrarás, dale la mano y camina hasta llegar al final”.

• Y su afirmación realista de la esperanza. “Serenamente hablando, digo hoy, que el tiempo bonancible no ha llegado todavía”.

A partir de 1972, José Antonio empezó a colaborar activamente con la revista Andalán, continuó escribiendo artículos de prensa, libros de poemas –como Treinta y cinco veces uno (El Bardo, Barcelona, 1972) y Tribulatorio (Javalambre, Zaragoza, 1973)– y sus primeras novelas cortas, entre ellas la titulada Cada cual que aprenda su juego (Júcar, Gijón, 1974).

Durante aquellos años, la canción y la necesidad de cantar estuvieron siempre presentes en Labordeta como una aspiración que, en realidad, empezó a cumplirse con la grabación, en 1974, de su LP titulado como su tercer libro: "Cantar y callar" (Edigsa-Le Chant du Monde), disco que fue un claro referente para el género calificado como «canción de autor», que en aquellos momentos se estaba poniendo en marcha.

Aquel histórico disco se abría con la interpretación de una de sus canciones más significativas, Aragón, cuyo texto llegó incluso a reproducirse en algunos manuales escolares franceses cuando en ellos se hacía referencia a la geografía y a la historia de España, y más precisamente a Aragón.

En la carpeta del disco –ilustrada por Gonzalo Tena, pintor, nacido en Teruel, que también ilustró la cubierta de su libro "Tribulatorio"–, apareció un hermoso y profético texto de Manuel Tuñón de Lara en el que trazó un justo y exacto perfil de la personalidad humana y cultural de Labordeta.

En 1975, Labordeta entró a formar parte del catálago del sello Gong que dirigía Gonzalo García Pelayo en la discográfica Fonomusic (Movieplay), y grabó su segundo LP, titulado "Tiempo de espera"; disco producido por Plácido Serrano, en el que intervino Alberto Gambino en los arreglos y como guitarrista y percusionista.

"Tiempo de espera" que, en la voz de Labordeta, se convirtió en tiempo de esperanza, sobre todo a través de su "Canto a la libertad"; canto entusiasmado, esperanzado, creyente y utópico; canto que expresaba las aspiraciones y los sueños de quienes vivíamos enamorados de la libertad y que, en aquellos momentos, se escuchaba y se sintió como un estallido gozoso del alma –lógico y necesario– a las puertas de lo que pronto empezaría a ser la transición democrática.

El tercer disco de Labordeta se publicó, en 1976, con el nombre de "Cantes de la tierra adentro". Álbum del que habría que destacar, por ejemplo, "Canción de amor", tema en el que José Antonio recrea una jota dedicada a la realidad y a la experiencia amorosa; aspecto sobre el que siempre incidirá en sus próximos discos, y que dio lugar, en 1993, a un hermoso recopilatorio al que llamó "Canciones de amor".

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En 1977 Labordeta grabó, en directo, un recital celebrado en el teatro Aegensola de Zaragoza; año en el que nació el PSA (Partido Aragonesista), que concurrió a las primeras elecciones democráticas celebradas en España tras la dictadura franquista junto al Partido Socialista Popular (PSP), liderado por Enrique Tierno Galván

De aquellas primeras elecciones, Unión Socialista (PSA+PSP) contó con el apoyo de Labordeta, que expresaba, con aquella postura, su vocación política, concretada posteriormente en su actuación como diputado en el Congreso por la Chunta Aragonesista (CHA).

También en la década de 1970, José Antonio nos ofreció otras dos obras importantes dentro de su discografía: "Que no amanece por nada" (1978) y "Cantata para un país" (1979), disco preciosamente ilustrado por Antonio Saura.

A partir de 1980, la aventura creativa de José Antonio continuó llena de inspiración, de buenos poemas, de hermosas canciones, y, como siempre –y sobre todo–, de un compromiso personal coherente y responsable en favor de la libertad, de la justicia y, en general, de todos los valores democráticos.

En 1981, grabó su séptimo LP, "Las cuatro estaciones", grabación en la que José Antonio trabajó, musical y poéticamente, sobre temas tradicionales de las tres provincias aragonesas, tomados de los cancioneros de Ángel Mingote, Juan José de Mur y Miguel Arnaudas.

Tras aquel disco, Labordeta se planteó un paréntesis antes de volver a entrar en un estudio de grabación, paréntesis plenamente activo durante el que publicó sus libros "Método de lectura" (Ed. Ayuso, Madrid, 1981), "Con la voz a cuestas" (Los Libros de la Frontera, Barcelona, 1982) y "Aragón en la mochila" (Ed. Penthalón, Madrid, 1983), libro de viajes en el que de alguna forma se anuncia otro de los que años después se convertiría en uno de sus más populares quehaceres, me refiero a la serie de programas en TVE "Un país en la mochila".

Por aquellas mismas fechas, en concreto en 1982, el escritor francés Jean Jacques Fleury publicó un libro dedicado a José Antonio y a su obra, "Cantar y no callar. Una voz por y para Aragón" (Ed. Guara). (Con anterioridad, en 1978, José Carlos Mainer había publicado su biografía en la Editorial Júcar).

En 1984, Labordeta reanudó su actividad discográfica con la grabación y publicación de su disco "Qué queda de ti, qué queda de mí", al que le sucedieron "Aguantando el temporal" (1985); "Tú y yo y los demás" (1986) –histórico álbum grabado en directo en el teatro Salamanca, de Madrid, con sus amigos: Joaquín Sabina, Ovidi Montllor, Javier Ruibal, Imanol, Paco Ibáñez, Javier Maestre y Puturrú de Fuá–; "Qué vamos a hacer" (1987); "Trilce" (1989); "Canciones de amor" (1993) –álbum recopilatorio–; "Recuento" (1995) –grabado en directo desde el auditorio de Zaragoza– y "Paisajes" (1997).


Sabina, Labordeta, Paco Ibáñez,
Ruibal e Imanol
en el concierto
"Tú y yo, y los demás"

A todo este conjunto de creaciones habría que añadir un largo cúmulo de actividades que discurren desde sus programas de televisión –"Un país en la mochila", "Del Miño al Bidasoa" o "En la cadiera"– hasta su presencia política –y no por ello menos sensible y profundamente humana– en el Congreso como diputado del Grupo Mixto por la Chunta Aragonesista.

Hay que mencionar también dos discolibros dedicados a su personalidad y a su obra que han sido editados recientemente por PRAMES: "Nueva visión" (1999) –en el que se recogen doce canciones de José Antonio interpretadas por grupos y solistas aragoneses tan jóvenes, tan modernos y tan variopintos como Al Son del Sur, Distrito 14, Paco Cuenca, Willy Giménez, Acolla, Especialistas, Soul Mondo, Enfermos Mentales, Adiós Jumbo o Ixo Rai!– y "Con la voz a cuestas" (2001).

Es importante resaltar igualmente un último disco que contó con la participación de Labordeta, me refiero al titulado "¡Vaya tres!" (2009); disco en el que, junto a Joaquín Carbonell –fallecido el 12 de septiembre de 2021– y La Bullonera, se realiza una evocación-homenaje al movimiento de la nueva canción aragonesa surgido en la década del setenta. 

Lamentablemente Jose Antonio Labordeta falleció el 19 de septiembre de 2010; pocos antes de su fallecimiento se editó un hermoso recopilatorio titulado “Canto a la libertad”, doble CD introducido por una biografía que tuve el enorme placer de escribir. Posteriormente en 2016 se publicó el disco "Labordeta inédito. En el jardín de la memoria" en el que se recogen dieciocho canciones y un recitado que nunca aparecieron en sus discos.

José Antonio Labordeta en 1992 recibó la Medalla de Ora de la Ciudad de Zaragoza, y en 2004, la Medalla de Oro de las Bellas Artes.



2 comentarios:

  1. ¡Enhorabuena! No sólo por el blog, también por lo hermosamente presentado y por el gran aporte documental presentado. ¡Gracias!

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