JOAN BAPTISTA HUMET (VIVIOGRAFÍA)

JOAN BAPTISTA HUMET nació en Navarrés (Valecia) la noche del 4 de enero de 1950. Su padre, Esteban Humet Muxi, industrial catalán del gremio textil, residente en Terrassa (Barcelona), había sido trasladado a Navarrés a finales de la Guerra Civil para cumplir con el «servicio militar» que, en aquel momento, era obligatorio. Traslado forzoso que tuvo inesperadas gratificaciones, ajenas por completo a la vida militar, puesto que se enamoró y se casó con una joven navarresina llamada Rosario Climent Beltrán, hija de Herminia y del Tío Batisté, republicano fabricante de tejas y ladrillos.

 

Nada más contraer matrimonio en Valencia, la pareja se trasladó a Terrassa, ciudad catalana próxima a Barcelona, donde trabajaba Esteban y donde decidieron construir un hogar y formar una «familia numerosa» que llegó a estar compuesta, nada más y nada menos, que por siete hijos, sin contar a las tres hijas que murieron al poco de nacer.

Juan Bautista –así figura su nombre en el registro civil y en el libro de familia– fue el tercero de esos hijos. 

Su madre Rosario, aun viviendo ya en Terrassa, decidió dar a luz en Navarrés. A los pocos días nacer, Juan adquirió la ciudadania catalana puesto que sus padres, tras el feliz parto, regresaron a su hogar en Terrassa, ciudad en la que Joan vivió la mayor parte de su infancia y de su adolescencia.

Aun residiendo en Terrassa y sintiéndose catalán, Juan nunca renunció a su especial querencia por el pueblo en el que había nacido, ni a lo mucho que le unía afectivamente a él. Viajaba con frecuencia a Navarrés, donde disfrutaba conviviendo con su familia materna, con sus amigos y amigas, y, en particular, con su abuelo Batisté, hacia el que sentía una especial admiración.

«El Tío Batisté, como se conocía a mi abuelo en Navarrés –solía comentar Joan– era músico aficionado, tocaba varios instrumentos y había puesto en marcha la Banda Municipal del pueblo. Él me transmitió su amor por la música.» 

De esa forma y en aquellas circunstancias, Joan, desde muy pequeño, vivió y fue forjando su identidad interiorizando dos realidades geográficas y culturales distintas que para él siempre fueron complementarias.

Ya adolescente, con las enseñanzas que había recibido de su abuelo, con su primera guitarra y con su sensibilidad, en 1967 empezó a componer sus primeras canciones en catalán influenciadas, sin duda, por las propuestas musicales y poéticas creadas y ofrecidas en aquel momento por los componentes del colectivo Els Setze Jutges, y, en particular, Jose Manuel Serrat que fue para él un claro referente.

Entre aquellas primeras canciones de Joan Baptista Humet destacaron cuatro que, en septiembre de 1967, decidió autoeditarse en un disco «solo para uso promocional», sobre todo en las radios, con cuatro temas interpretados en catalán y con guitarra: «Llagrimas de noya» («Lágrimas de chiquilla»), «Aquell dia» («Aquel día»), «Digali que l’estimes» («Dígale que la quieres») y «Ja somniava» («Ya soñaba»).

Su primer concierto tuvo lugar en octubre de 1967. Fue en el cine Rambla de Terrassa compartiendo cartel con Serrat y otros cantantes catalanes; concierto que tuvo un gran éxito y se repitió en mayo de 1968, en el Cine Recreo anunciado como "Gran gala de la cançó catalana".

Tras aquellos primeros conciertos, Humet tomó una decisión: dedicarse profesionalmente a la canción y empezar a poner los medios para conseguirlo. El primero fue trasladarse a vivir a Barcelona, donde se estaba produciendo un apasionante movimiento cultural, renovador y en gran medida revolucionario, en torno a la música y a la cançó.

Así pues, una vez terminado el «preu», con el fin de que sus padres aceptaran la decisión que había tomado, les planteó que quería estudiar arquitectura y que, para hacerlo, tenía que buscarse una pensión en Barcelona y fijar allí su residencia.

Lo de estudiar arquitectura fue en realidad una estrategia y un pretexto –más o menos consciente– para desplazarse a la gran ciudad y poder empezar a vivir en libertad sus sueños y sus aspiraciones profesionales poéticas y musicales.

Ya en Barcelona conoció a Lluís Llach, y durante dos años estuvo actuando a su lado, como telonero. En poco tiempo la popularidad de Joan aumentó sensiblemente, y, a principios de 1970, la compañía discográfica Columbia le propuso su primer contrato y grabó sus tres primeros singles y su primer LP titulado "Fulls" (1973).

De aquellas primeras grabaciones, todas en catalán, son hemosísimas canciones como "Busco una flor", "Gemma" –dedicada a su hermana–, "Kristina", "Si te me'n vas" o "Fulls" –canción dedicada a la emigración–.

En 1973, recién publicado "Fulls", Joan se vio obligado a realizar el servicio militar obligatorio en Palma de Mallorca, donde además de hacer la "mili", dio clases de guitarra, conoció a una chica llamada Loli Baños, se enamoraron y se casaron. 

A partir de ahí Joan tomo una importante decisión: empezar a componer y a cantar en castellano, sin renunciar por ello a seguir haciéndolo también en catalán. No fue una decisión repentina ni sorprendente. Joan, desde los inicios de su carrera musical, reivindicando su bilingüismo, solía afirmar que había empezado a cantar en catalán, pero que no renunciaba a la posibilidad de hacerlo también en castellano. («Hablo en catalán, pero pienso en castellano –afirmaba en una de sus primeras entrevistas–, por tanto, tengo claro que, algún día, escribiré canciones en cas- tellano.»)

Sus dos primeros discos en castellano, publicados con Movieplay, fueron "Diálogos" (1975) y "Aires de cemento" (1978), y, entre ambos, tuvo la oportunidad de trabajar como cantante y actor en "Granja animal", primera opera rock en catalán que se estrenó el 18 de marzo de 1976 en el Teatro Romea de Barcelona. Obra que posteriormente fue publicada en un doble LP.

El 22 de febrero de 1979, Humet presentó su siguiente disco «Fins que el silenci ve» en el Palau de la Música Catalana de Barcelona. Nuevo álbum, compuesto e interpretado íntegramente en catalán, que, personalmente, considero su trabajo musical y poético más arriesgado, más innovador y de mayor calidad.

Se trata de una bellísima obra de carácter monográfico planteada como una «cantata»  en la que se desarrolla un relato dividido en diez secuencias poéticas, con dos protagonistas principales: el «ser humano», con sus búsquedas, contradicciones y posibilidades; y el «silencio», como lugar de encuentro con uno mismo, con el sentido de la vida y, a fin de cuentas, con la verdadera libertad.

Posteriormente, entre 1981 y 1984, Joan Baptista Humet publicó tres nuevos discos: "Hay que vivir" (1981), "Amor de aficionado" (1982) y "Solo soy un ser humano" (1984) en los que grabó bellísimas e inolvidables canciones como "Clara", "El invento", "Hay que vivir", "Otoño en Navarrés", "El extranjero", o "Yo no podría vivir sin ti", o "Solo soy un ser humano"

En 1986 Humet tomó la decisión de dejar de cantar y de alejarse de la "canción de autor; guardó su guitarra, cerró el piano y, silenciosamente, desapareció. Sin embargo, dieciocho años después Joan volvió a la música y a la canción grabando y publicando un nuevo disco al que tituló "Solo bajé a comprar tabaco" (2004), magnífico título que, por una parte, daba continuidad y coherencia a su trabajo como cantautor y, por otra, consiguió llamar la atención de sus seguidores y de los medios de comunicación, que no dudaron en salir a su encuentro –o mejor dicho, «reencuentro»– con una mezcla emocional de curiosidad y alegría.

Lamentablemente, aquella reaparición en el universo de nuestra "canción de autor" fue muy corta ya que Humet falleció el 30 de noviembre de 2008.

Tras su muerte se le hicieron varios homenajes en Barcelona, Navarrés y Terrassa, y más recientemente se ha publicado un libro biográfico titulado "Joan Baptista Humet. Vida, canciones y silencios".