Manolo Tena, en 1998. con motivo de la celebración del centenario del nacimiento de FEDERICO GARCÍA LORCA quiso rendirle su homenaje musicalizando y cantando varios textos de su libro "Poeta en Nueva York". En concreto grabó dos: "La aurora" y "Son de negros en Cuba".
Seguidamente os propongo disfrutar de esas dos canciones:
La aurora de Nueva York tiene
cuatro columna' de cieno
y un huracán de negras palomas
que chapotean en las aguas podridas.
La aurora de Nueva York gime
por las inmensas escaleras
Buscando entre las aristas
nardos de angustia dibujada.
La aurora llega y nadie la recibe en su boca
porque allí no hay mañana ni esperanza posible.
A veces las monedas en enjambres furiosos
taladran y devoran abandonados niños
Los primeros que salen comprenden en su hueso
que no habrá paraíso ni amores deshojados;
saben que van al cielo de números y leyes
a los juegos sin arte, a sudores sin fruto
La Luz es sepultada por cadenas y ruidos
en impúdico reto de ciencia sin raíces
Por los barrios hay gente que vacilan insomnes
como recién salida' de un naufragio de sangre.
Cuando llegue la luna llena
iré a Santiago de Cuba,
iré a Santiago
en un coche de agua negra.
Iré a Santiago.
Cantarán los techos de palmera.
Iré a Santiago.
Cuando la palma quiere ser cigüefla,
iré a Santiago.
Y cuando quiere ser medusa el plátano,
iré a Santiago.
Iré a Santiago
con la rubia cabeza de Fonseca.
Iré a Santiago.
Y con la rosa de Romeo y Julieta
iré a Santiago.
¡Oh Cuba! ¡Oh ritmo de semillas secas!
Iré a Santiago.
¡Oh cintura caliente y gota de madera!
Iré a Santiago.
¡Arpa de troncos vivos, caimán, flor de tabaco!
Iré a Santiago.
Siempre he dicho que yo iría a Santiago
en un coche de agua negra.
Iré a Santiago.
Brisa y alcohol en las ruedas,
iré a Santiago.
Mi coral en la tiniebla,
iré a Santiago.
El mar ahogado en la arena,
iré a Santiago,
calor blanco, fruta muerta,
iré a Santiago.
¡Oh bovino frescor de calaveras!
¡Oh Cuba! ¡Oh curva de suspiro y barro!
Iré a Santiago.
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